Joyce entre nosotros

Resumen

En este artículo buscamos discutir la singularidad del nodo cuando se trata del caso Joyce. Lacan insiste en el seminario El sinthome que lo imaginario es el cuerpo, y que la imagen, aunque confusa, que tenemos de nuestro cuerpo es relativa. Y en Joyce, de su autobiografía, ve disgusto por su propio cuerpo. Por tanto, solo lo imaginario tendría que salir, se desliza como “piel de fruta madura”. Lo imaginario, en este nudo, “no se empantana borromeamente a lo que está encadenado con lo real y lo inconsciente”, dice Lacan, ya que Joyce no se identifica con su cuerpo, no ama su cuerpo. Lacan está enfatizando que “la idea del yo como cuerpo tiene un peso, es precisamente lo que llamamos ego”. Pero es el ego del Artista, de Joyce, el que tiene la función reparadora muy específica y singular en el nodo de Joyce. Un nodo diferente del nodo borromeo del neurótico, y también del nodo de la paranoia, el nodo del trébol