Fin del análisis y pase: un comentario sobre el passador y los ecos de un real en el cuerpo

Resumen

El camino de un análisis comienza en el “pase a la entrada”, el efecto de una rectificación subjetiva y puede terminar con su fin, que sería el pase de psicoanalisante a psicoanalista. Ese pasaje supone un viaje a través de los síntomas y la fantasía y el rechazo subjetivo correlacionado con el cruce de la fantasía, pero también la aparición de un nuevo deseo cuyo índice sería el efecto del entusiasmo. La consecuencia de la “experiencia original” del análisis es precisamente lo que el dispositivo de pase pretende identificar, como una forma de evaluar el trabajo y la capacitación de analistas en una escuela, al buscar recopilar en el “pase de salida” del análisis los efectos de ese pasaje. En este sentido, el pase sería una forma de evaluar si “lo real en juego en la formación del analista”, como dice Lacan, estaría activo en esa formación. Finalmente, el pasador sería alguien que, al estar en el proceso de completar su análisis, sería sensible a los índices del fin en el testimonio del pasante y podría identificarlos a través de los ecos de ese testimonio en su cuerpo. El pasador funcionaría entonces como una caja de resonancia que puede hacer eco con su cuerpo de algo real que le fue transmitido por el pasante.